Cuántas veces nos hemos encontrado a jugadores y jugadoras que a la hora
del enfrentamiento, o de un simple entrenamiento, les vemos con el brazo no dominante
literalmente arrastrándolo. Vemos que no utiliza el brazo ni la mano
para acciones tan básicas como coger la pala a ambas manos, estirar el
brazo hacia alante para ejecutar una derecha o sujetar la pala con ambas
manos para realizar un revés.
La repercusión y/o consecuencias que llevan implícitas las personas que
juegan al pádel y que no utilizan esta extremidad a la hora de realizar
el golpe, desaprovecha totalmente todo el potencial que podría
tener ya que tiene más fallos debido a que no lee bien la bola, no
mantiene equilibrado su cuerpo a la hora de ejecutar los golpes, etc.
Empezaré explicando por la posición base o de espera.
Esta posición es la típica que estamos de frente a nuestro oponente, ya
sea en la zona de defensa o de ataque, en la que la pala se encuentra
"mirando"hacia delante. En esta posición la pala debe estar sujeta con
la mano dominante en la empuñadura y con la no dominante en el corazón
de la pala ya que esta mano nos permite sostener el peso de la pala y
así no cargar nuestra mano hábil. El error de las personas que no
utilizan la mano no hábil para sujetar la pala lo encontramos que en
ciertos momentos del partido la pala se la dobla debido al estrés
muscular de los flexores de los dedos al estar constantemente tensos por
sujetar la pala.
Otra posición en la que la mano, en este caso brazo, no dominante es de vital importancia es en el golpe de derecha.
En esta postura mientras la mano con pala se dirige hacia atrás, el
otro brazo debe permanecer adelantado ya que nos sirve para:
- Seguir el recorrido de la bola.
- Apuntar en la dirección en la que queremos dirigir la bola, ayuda a mantenernos de lado.
- Señalar el punto de impacto con la pala.
- Tener como indicador el punto más alto de la red para evitar terminar el golpe muy abajo.
En otro golpe que no se suele usar es en el revés, la mano no dominante debe sujetar la pala en el corazón
y guiarla hacia atrás soportando esta misma el peso ya que si solamente
utilizamos la "buena" tarde o temprano perderemos fuerza en el brazo.
Una vez cogida la pala, deberemos con el brazo no dominante hacer el
gesto contrario al brazo con el que sujetamos la pala y de forma cruzad,
es decir, si queremos bajar una bola de revés, el brazo dominante irá
hacia abajo y el contrario hacia arriba.
Esto se realiza para mantener el cuerpo bien asentado y no irnos detrás
de la pala (cosa que en alumnos/as de iniciación suele suceder). Además,
el efecto látigo que producen nuestros brazos al estirarse en
direcciones contrarias, nos ayudará a aumentar la potencia del golpe al hacer un efecto de "látigo".
Para finalizar, otra situación donde no se utiliza el brazo no hábil es en las bandejas o remates,
el cual es un gran error debido a que no tendremos una referencia más
exacta de la bola y tendremos que medir "a ojo" la bola según va
descendiendo. En estos golpes es importante partir con el brazo alto señalando la bola,
ya que con este gesto la iremos controlando constantemente con el fin
de poder estar colocados debajo de ella (en el caso del remate) o
dejárnosla en un lado (en el caso de la bandeja).
Por lo tanto, y a modo de resumen, el brazo no hábil lo utilizaremos para:
- Tener referencia de la bola.
- Marcar el punto de impacto.
- Orientar el cuerpo en dirección hacia donde deseamos dirigir nuestro golpe.
- Sujetar la pala para evitar sobrecargar el brazo dominante.