Quién no se ha sentido mejor después de
practicar un rato de pádel? ¿Por qué cuando estamos jugando al pádel,
nos olvidamos de los problemas, del estrés, de las dificultades del día a
día…; “desconectamos” y nuestra mente se “resetea” como si fuese un
ordenador?
Cuando estamos practicando una actividad física, nuestro cuerpo libera unas sustancias que se denominan ENDORFINAS,
también llamadas “hormonas de la felicidad”. Estas sustancias tienen la
peculiaridad de “hacernos sentir bien”. Cuando nos calzamos la
equipación y comenzamos a planificar nuestro partido o entrenamiento,
nuestra mente y nuestro cuerpo comienzan a segregar endorfinas,
permitiendo que nuestras sensaciones desagradables, de ansiedad, miedos y
bajos estados de ánimo, se transformen en sensaciones de bienestar
emocional y físico. Cada vez que nos metemos en una pista, repetimos
este proceso, consiguiendo liberar las tensiones, ansiedades y
preocupaciones del día a día. Si además de jugar al pádel, nos cuidamos
en la dieta, escogiendo unos alimentos sanos y equilibramos nuestras
calorías, conseguiremos, no solo eliminar los aspectos negativos de
tantas prisas, sino que dormiremos mejor, nuestras relaciones sociales y
sexuales será más ricas y positivas, nos encontraremos más a gusto con
nosotros mismos y mejorará nuestra imagen y nuestra autoestima,
transmitiendo alegría y emociones positivas a quienes tenemos a nuestro
alrededor: familia, amig@s, compañer@s de trabajo, etc.
Practicar el pádel de forma diaria,
aunque sea un rato, mantiene los niveles de endorfina siempre presentes
en nuestro organismo, ayudándonos a ser más positivos y haciendo más
felices a quienes tenemos a nuestro alrededor. Con un estilo de vida
como el actual, con intensas jornadas de trabajo marcadas por el estrés,
las prisas o la ansiedad, cada vez es más necesario parar y encontrar
un momento para desconectar y hacer ejercicio.
Los beneficios de la práctica del
ejercicio físico sobre nuestra salud son bien conocidos y se ha escrito
mucho sobre ellos. Sin embargo, esta práctica también favorece el BIENESTAR PSICOLÓGICO de los jugadores y jugadoras de pádel. He aquí algunos ejemplos:
- REDUCE LA ANSIEDAD DEL DÍA A DÍA: la práctica del pádel favorece la eliminación de tensiones y el estrés diario. El ejercicio físico, ayuda a destensar los músculos y el agarrotamiento físico producido por un exceso de tensión, lo que genera un estrés físico y psíquico denominado DISTRES, muy perjudicial para el organismo
- MEJORA EL SISTEMA CARDIORESPIRATORIO: como consecuencia, transpiramos mejor, oxigenamos el cerebro y pensamos con más claridad, reducimos los dolores de cabeza y dormimos mejor.
- AUMENTA NUESTRA AUTOESTIMA: practicar pádel de forma regular mejora la propia autoestima, sintiéndonos mejor cuando jugamos, vemos cómo vamos mejorando en nuestro juego, nos sentimos integrados, nos relacionamos con los demás y compartimos nuestras inquietudes.
- FAVORECE LAS RELACIONES SOCIALES: nuestro círculo de relaciones sociales se ve ampliamente aumentado como consecuencia de la práctica del pádel. Compartimos entrenamientos con otras parejas, intercambiamos experiencias, realizamos “quedadas”, participamos en torneos sociales que terminan en barbacoas o comidas…
- APRENDEMOS A VALORAR EL ESFUERZO: el entrenar duro día a día ayuda a crear valores de superación de las barreras y dificultades diarias, ya sean deportivas o no. El luchar por una meta deportiva, nos ayuda a luchar por metas personales.
- AYUDA A SER MÁS AUTÓNOMOS: la práctica del pádel nos ayuda a madurar, dentro de la pista y fuera de ella. Tomar decisiones sobre momentos del partido, sobre la participación de un torneo u otro, decidir con quién vas a jugar, implicarte en el juego de pareja asumiendo tus resposabilidades… Todos estos aspectos favorecen la toma de decisiones y la madurez suficiente para ir desarrollando su propia iniciativa y va “forjando” el carácter del jugador o jugadora de pádel.
- FORTALECE LOS VÍNCULOS AFECTIVO: los chicos y chicas que practican el pádel forman una “comunidad de padelistas”, al margen de sus amistades del colegio o del barrio. Se crea un grupo de referencia con unos “ídolos” a quien imitar y que sirven de modelos de conducta.
- DISMINUYE EL RIESGO DE DEPRESIÓN: La práctica del pádel puede ser utilizada como estrategia terapéutica complementaria e incluso, a veces, como alternativa a otras formas de tratamiento para el tratamiento de los problemas de salud mental. Los expertos afirman que las personas activas tienen alrededor de un 40% menos de probabilidades de sufrir síntomas depresivos en comparación con las sedentarias.
Y tú, ¿ya has quedado para jugar este fin de semana?… Y recuerda, diviértete siempre jugando al pádel.
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