Este artículo va dirigido a todos aquellos/as que jugamos al Pádel y
ya hemos superado la barrera de los 40 (unos chavales). El Pádel se ha
convertido en un deporte tremendamente popular, en parte gracias a lo
agradecida que resulta su iniciación. El Pádel no nos exige grandes
cualidades Físicas y/o Técnicas para poder disfrutar de él. Posee una
adaptabilidad que lo hace muy atractivo, es un deporte que se adapta a
los niveles de los/as jugadores y cuyo nivel básico para disfrutarlo es
alcanzado en muy poco tiempo.
Pero… Si tiene estas grandísimas
ventajas y posibilidades porque es cada día más común encontrarnos
jugadores/as con lesiones que impiden el disfrute e incluso la práctica
del Pádel. ¿Son estas lesiones fruto de una escasa Condición Física?,
¿es el propio deporte nocivo para la salud músculo-articular?, ¿es el
modelo de práctica ajeno a la búsqueda de la Salud?, ¿son los monitores
culpables de muchas de estas lesiones?
Estas reflexiones en voz alta, pretenden ser el punto de partida a un análisis profundo por parte de Jugadores y Técnicos.
Desde mi humilde punto de vista y sin
animo de juzgar al colectivo de Profesores creo que su papel en futuro
del Pádel pasa como ha ocurrido en otras áreas de la Actividad Física y
Deportiva por actuar en una doble vertiente:
- Obligarnos a trabajar día a día de manera más rigurosa, obligándonos a la formación continúa y reciclaje de nuestros conocimientos, preparando nuestras clases en función a las particularidades de nuestros alumnos y no dejando que el azar sea nuestro método de planificación y control de nuestro trabajo.
- Trabajar unidos en exigir a Clubes e instalaciones la contratación de profesionales cualificados que faciliten el desarrollo de nuestro deporte y deportistas.
Es muy probable que a estas alturas de
la lectura haya muchos que estéis pensando que estoy ganando muchos
enemigos dentro del Pádel en unas cuantas líneas y lo entiendo, pero
sinceramente no me preocupa atizar a oportunistas que aprovechando el
momento, ven en el Pádel una manera fácil de ganar dinero, sin reparar
en el daño que hacen a sus alumnos y al deporte en general al carecer de
la formación adecuada y el talante necesario para introducirse en el
mundo de la Docencia. Realmente me preocupan esos buenos profesionales,
que sin duda abundan, y que se enfrentan constantemente a situaciones
surrealistas que le quitan las ganas a cualquiera de continuar luchando
por un Deporte profesional y cualificado al servicio del disfrute y
salud de nuestros clientes. Profesionales cualificados son considerados
de la misma forma que personas que no saben absolutamente nada de
Actividad Física, Ejercicio y/o Deporte. Durante toda mi vida
profesional me he encontrado con una visión errónea de lo que la gente
considera que es un buen entrenador. ¡Para ser buen entrenador hay que ser un gran jugador!.Frase
típica entre alumnos. Ser entrenador requiere conocer a fondo este
deporte y haber tenido vivencias que le ayuden en su bagaje de
conocimientos y sensaciones,pero no por haber sido un “Campeón” tiene
asegurado el éxito como monitor y/o entrenador. Como ejemplo podemos
analizar el caso de Rafa Nadal, uno de los mejores deportistas de la
historia que ha sido entrenado toda su carrera por su tío, el cual no ha
sido deportista destacado en el Tenis.
¿Que hacer como Jugadores?
Vamos a plantear una serie de aspectos
que pueden colaborar a que disfrutemos más del Pádel, sepamos analizar
si mi proceso de enseñanza es el deseable y evitemos las lesiones como
factores que nos alejarán de nuestro deporte favorito. Aconsejo ir poco a
poco en nuestra incorporación al Pádel y una vez estemos metidos de
lleno en él no nos obsesionemos. No por jugar dos partidos diarios vamos
a jugar mejor, no por dar 5 clases a la semana vamos a mejorar más
rápido y de forma permanente, no por inscribirnos a treinta torneos
vamos a subir de nivel.
Actuemos con tranquilidad y objetividad, no nos dejemos llevar por la emoción.
El primer aspecto que debemos abordar hace clara referencia al binomio Quiero-Puedo.
Con ello quiero decir que toda persona que se ve atraída de manera
importante por un deporte debe tener claro cuales son sus condiciones y
posibilidades. Es el punto de partida coherente y que más nos puede
ayudar. Hay que valorar:
- Mi edad. Es duro pero inapelable. No debo asumir situaciones de riesgo condicional o músculo articular excesivo si ya no tengo 20 años. Con 40 estamos perfectamente preparados para jugar al Pádel a buen nivel pero debemos comenzar a centrarnos en evitar lesiones, facilitar la recuperación tras entrenamiento y/o partidos y buscar las ejecuciones más eficaces en relación a la salud.
- Mi nivel de experiencias deportivas. Una persona que siempre ha practicado deporte tendrá un mayor nivel de Condición Física, una mayor coordinación segmentaria y/o viso-motora. Si somos personas que descubrimos la práctica deportiva tras escasas experiencias motoras a lo largo de nuestra vida no debemos preocuparnos pero si actuar con claridad. En primer lugar deberíamos asegurarnos un trabajo dirigido a nuestra motricidad básica. Si nos movemos mejor, percibimos, decidimos y actuamos con mayor precisión aseguraremos un aprendizaje de más calidad.
- Historial de Lesiones/enfermedades. Es interesante realizar una revisión al historial médico personal de cada uno y valorar si existen lesiones y/o enfermedades que requieran atención especial a la hora de iniciarnos en un Deporte en concreto.
- Mis Objetivos. Si hemos valorado nuestra edad, condición física, experiencias deportivas y revisión de nuestro historial médico de forma objetiva y adecuada estaremos ante el punto de partida ideal y perfecto a cualquier Iniciación Deportiva. Partimos de la certeza absoluta en relación a nuestras características, limitaciones y puntos fuertes. Con ello no sólo podemos asegurar un aprendizaje de calidad sino también una práctica exenta de Lesiones.
El segundo aspecto y no menos importante, hace referencia a la elección y valoración del equipo de profesores
que se encargarán de mi iniciación deportiva. Es cierto que dado el
escaso conocimiento que poseemos de una actividad cuando nos aventuramos
en su aprendizaje no seremos capaces de manera inmediata de distinguir
al buen profesional, pero en muy poco tiempo podemos realizar un
análisis del proceso de aprendizaje y valorar si es el que me conviene o
no.
Anteriormente he planteado las bases que
cualquier alumno puede aplicar a su iniciación deportiva, pero además
queda claro que un buen profesional no pasaría por alto este análisis de
sus alumnos.
A grandes rasgos podemos definir una serie de aspectos que diferencian a los buenos profesionales de aquellos que no lo son:
- Un buen profesional siempre cumple con sus obligaciones en días y horas señalados. Nunca falla ni se inventa excusas.
- Sabe que aspectos son positivos y/negativos de cara a tu aprendizaje.
- Siempre prepara sus sesiones con antelación y en relación a lo valorado previamente.
- Debe explicar todo lo que hacemos, no limitarse a tirar bolas, o como se suele decir “tirar cacahuetes”.
En definitiva, aunque puede no ser fácil
distinguir al Profesor Ideal si podemos aprender a descubrir a
Imitadores. Desconfía de clases que tienen mucho ritmo pero no te
aportan mejoras. No te dejes convencer para que tus clases sean siempre
partidos. Hay muchas cosas que hacer, incluso partidos,pero siempre
dentro de una planificación sería, rigurosa y de la que tengas
información. No aceptes como explicación ” hazlo así”. Tu profesor debe
explicar de forma clara y con la metodología que facilite una mejor
comprensión y aplicación de lo aprendido.
Si no te diviertes no aprenderás, pero
es factible aprender, divertirse y trabajar. Pagar es un sacrificio y
ello implica en tu profesor un gran trabajo para acercarte conceptos de
la forma más asequible y provechosa. No renuncies a ello.
El Pádel es maravilloso, disfruta al 100%, exige Profesionalidad, rechaza imitaciones.
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