Los jugadores de pádel, especialmente aquéllos que jugamos regularmente, pasamos épocas brillantes
donde parece que todo lo que intentamos nos saldrá bien. Temporadas en
las que todos los elementos juegan a favor. El viento, la lluvia, el
sol, todo. Si tenemos ventaja en contra, le damos la vuelta. Si la
pelota toca la cinta, pasa si la hemos lanzado nosotros y queda del lado
del rival si es éste quien lo hace. El viento no importa, ni el
compañero, ni la pala. Todo parece fácil. O para ser más precisos, todo
es fácil.
Pero existe también, y todos lo sabemos, el reverso de la moneda.
Aquellas épocas en las que todo se pone en contra. Partidos en los que
somos incapaces de meter la dichosa pelotita en el campo rival. En las
que todo juega en nuestra contra. Incluso si se alargan, podemos llegar a
la desesperación deportiva, al hastío e incluso a plantearnos una
retirada momentánea.
¿Cómo debemos gestionar estas épocas, para alargar las buenas y minimizar y acortar los efectos de las malas?
Intentaré ofreceros algunas recomendaciones fruto de mi experiencia
personal y de la que otros compañeros, que como yo, han pasado por esos
trances. La primera y más importante ayuda que puedo ofrecer es que aprendáis a relativizar las rachas.
Tal como me explicó ya hace muchos años un famosísimo tenista, Juan
Aguilera, la suerte de nuestro deporte (él se refería al tenis pero es
totalmente aplicable al pádel) es que finalmente solo recordamos las
hazañas y los grandes resultados y tendemos a olvidar las derrotas.
Cuando a cualquier jugador le preguntan por los resultados de su
carrera, contesta que ganó tal o cual campeonato, no que perdió esta o
la otra primera ronda. Además, cada semana tenemos una nueva oportunidad
de resarcirnos, de empezar de nuevo.
Dicho lo anterior, cuando se os presente una buena racha, que en la
mayoría de los casos será consecuencia, aunque quizás remota, de una
buena época de entrenamientos, lo que os recomiendo es ante todo que la disfrutéis.
Y para alargarla lo máximo posible, no os dejéis tentar por los buenos
resultados e intentéis plantearos metas claramente inasumibles para
vuestro nivel. Una buena racha nos permitirá ganar buenos partidos, pero no vencer a jugadores de un nivel muy superior al nuestro.
Eso solo lo conseguiremos después de mucho trabajo y entrenamiento y no
solamente por unos días con todo de cara. Ese camino solo os llevará a
la frustración.
Y qué hacer cuando todo es negro, cuando se acumulan las
derrotas y las malas sensaciones. En este caso, os recomiendo que
rebajéis la presión de vuestras horas de juego. Yo lo conseguía
dejando de jugar, siempre que era posible, campeonatos. Incluso dejando
de jugar partidos amistosos. En su lugar un buen peloteo sin presión
alguna, pudiendo preocuparme solamente de mis sensaciones, de la pala,
de la pelota, sin la mirada puesta en un marcador, me relajaba hasta tal
punto que todo volvía a fluir rápidamente. Y todo hecho sin
obsesionarme y sin prisa. Si tenía que repetir el peloteo
“descontaminante” varios días, lo hacía. Aunque muchas veces me
funcionaba con una sola sesión.
Agradecimiento: http://padel.sport.es/he-perdido-la-confianza-en-mi-juego/
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